Javier Abad INSTALACIONES PARA EL JUEGO SIMBÓLICO

INSTALACIONES DE JUEGO

Ángeles Ruiz de Velasco Gálvez y Javier Abad Molina son profesores universitarios en Madrid (España) y autores de libros que desarrollan la propuesta de las INSTALACIONES DE JUEGO: “El juego simbólico” (2011) y “El lugar del símbolo: el imaginario infantil en las instalaciones de juego” (2019), además de otras publicaciones y artículos de divulgación científica y pedagógica. También realizan proyectos educativos para instituciones museológicas y culturales a través del arte comunitario y son ponentes internacionales desde hace casi 20 años en diferentes congresos y encuentros de Educación Inicial.

El enunciado originario de las instalaciones de juego es ser una propuesta educativa concebida desde la presentación estética e intencional de unos objetos específicos en un espacio transformable que se dispone para favorecer el vínculo afectivo y las relaciones entre un grupo de niñ@s y un adulto referente que acompaña y da sentido a los procesos simbólicos de la infancia.

Estos espacios, no solo promueven el goce de la experiencia estética de cada niña o niño, sino la vivencia relacional y compartida de un relato lúdico donde realmente expresan quienes son y quienes quieren ser con otros a través del juego (identidad-alteridad) en un “lugar de símbolo” que se configura para el deseo del encuentro y como metáfora de la vida de relación.

Es decir, la vida misma sucede y se juega en un entorno amable y seguro que va más allá de lo puramente manipulativo, perceptivo o sensorial para ir en pos de lo simbólico, narrativo o relacional, ya que no pueden existir los aprendizajes sin una representación (para sí mismo y para otros) que significa también el ingreso en una cultura que nos acoge como parte y continuidad.

Se favorece así la creación simbólica, el cuidado de los otros y la expresión del imaginario de la infancia que permite representar sus deseos, vencer sus miedos o atender sus necesidades, tanto como afectivas, cognitivas y psicomotrices pues todas ellas conforman un “todo” reunido.

Para ello, se configura un espacio inicial de “orden” a través de un “sistema de triadas” de objetos concretos que portan en sí un mensaje cultural, una idea de juego o la evocación de una situación que l@s niñ@s tienen el permiso de transformar (construcción-deconstrucción-reconstrucción) como manera de recrear su propio lugar de juego y, por tanto, de vida de relación con otros que no solo se manifiestan en aprendizajes, sino también y mucho más importante, en valores compartidos desde la empatía, la generosidad, la afectividad, la resolución del conflicto, el diálogo, el consenso, la espera, el respeto mutuo, etc.

Mención importante posee el acompañamiento del relato lúdico por parte del adulto referente que no solo reconoce las acciones infantiles, sino que continua con la palabra el relato que la infancia expresa en el juego, ofreciendo también un cuerpo disponible al servicio y demanda del proyecto lúdico. Es decir, no hay evolución del pensamiento sin un adulto que lo acompañe y, por tanto, su rol no es solo configurar los espacios desde la belleza y gestionar los objetos, sino que además ofrece sentido y valor pedagógico en la atención y significación del juego que l@s niñ@s le proponen desde su imaginario (por ejemplo, se deja cuidar por los niños y no solo les cuida, invirtiendo el rol normalmente asignado).

Así, las instalaciones de juego no son una herramienta o un método sino un lugar donde habita la posibilidad para desvelar “quien soy nosotros” desde el placer de Ser y aprender juntos.

Jugamos la vida. Por eso, jugar es, y será siempre, origen y destino (Ángeles Ruiz de Velasco y Javier Abad, 2019).

COLABORACIÓN DIRECTA DE ÁNGELES RUIZ DE VELASCO Y JAVIER ABAD - EVIDENCIA FOTOGRÁFICA JARDÍN INFANTIL VILLA LOS RIOS